Sobre el cauce de la acequia Aljufía, que es el límite de Guadalupe y Rincón de Beniscornia, están las ruinas del llamado Molino Viejo de la Pólvora y son conocidas por Los Canalaos. Es una construcción que ya podría existir en 1633, constituyendo en su pasado un complejo fabril polvorista que fue el antecesor de la Real Fábrica Nacional de la Pólvora que, por real orden del 1 de julio de 1747, se creó en el Molino Alto de la Pólvora que existía entonces sobre la misma acequia en el partido de Javalí Viejo. El 27 de julio de 1742, el almacén de pólvora del Molino Viejo sufrió una gran explosión que ocasionó víctimas mortales y cuantiosos daños en edificios de los alrededores y también en la ciudad de Murcia; sus efectos fueron patentes en el cercano monasterio de Los Jerónimos, donde se resquebró una torre de su iglesia. Hacia 1802 dejó de fabricar pólvora este molino, que desde 1789 poseía el almacén de La Losa en el despoblado campo de Guadalupe, junto al monte Cabezo Blanco. Ya sin uso las ruinosas instalaciones del antiguo molino de pólvora, el Ayuntamiento de Murcia autorizó en 1869 instalar una rueda y otros artilugios de un molino de borras que subsistió unos años.